El día 28 se celebró el Día Internacional del Orgullo Gay y, por ello, conviene analizar con perspectiva los objetivos ya logrados para darle la importancia que se merecen y comprobar las próximas metas a alcanzar. Y es que, tal y como nos informa la RAE, el orgullo es “el sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en lo que una persona se siente concernida.”

Merece la pena poner en valor el largo camino recorrido y las conquistas en esta materia realizadas, en justicia y homenaje por los que lucharon por hacerlo posible. Estos son los principales, que no únicos, logros conseguidos en los últimos años:

– El primero y más importante es el que blinda el artículo 14 de la Constitución Española, que prohíbe la discriminación por cualquier condición o circunstancia personal o social, incluyendo obviamente la orientación sexual e identidad de género.

– Tras este precepto, el primer gran hito fue sin duda en el año 2005, en el que se aprobó el matrimonio igualitario, por el cual “el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o diferente sexo”. Según el Instituto Nacional de Estadística, se han celebrado más de 50.000 matrimonios desde esta ley.

– En 2007 será recordado por el colectivo trans por permitir, mediante la Ley 3/2007, la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas por la cual se permitía cambiar el nombre y el sexo en el mencionado registro. Si bien la mayoría de las Comunidades también han desarrollado su propia normativa en este campo, por el principio de jerarquía normativa, priman las nacionales sobre las autonómicas en caso de conflicto.

En los próximos años los principales retos del colectivo irán encaminados principalmente a la consecución de la no discriminación real, tanto por una Ley de Igualdad LGTBI+, la cual está en trámites parlamentarios, como derechos asistenciales vinculados.