¿Qué es innovación? Parece sencillo de definir, pero no lo es tanto. Diversos expertos han analizado la cuestión para ir perfilando lo que podíamos considerar una definición de consenso.

Alrededor de la innovación existen una serie de idea predeterminadas que no se corresponden al 100% con la realidad. La más común, sin duda, es la que entender que la innovación requiere de la aportación de tecnología. Algo que es cierto en muchas ocasiones, pero no siempre.

La innovación está muy ligada al mercado.  Una definición muy aceptada es la que considera la innovación como un proceso que modifica elementos, ideas o protocolos ya existentes consiguiendo mejorarlos o, incluso, creando nuevo que tengan un impacto positivo en el mercado.

Dentro de la empresa se puede innovar en prácticamente todos los departamentos. Tanto los administrativos, proponiendo nuevos procedimientos, como también en la creación de productos o servicios, pasando por el resto de áreas del negocio. Una nueva manera de comercializar, por ejemplo, es una manera de innovar si aporta transformación.

La innovación puede surgir del interior de la propia empresa o de fuera. Es decir, puede ser fruto de un proceso en el seno de la compañía o incorporarse a partir del desarrollo realizado por terceros.

Otro aspecto de la innovación es que puede venir a cubrir necesidades que ya existen o generar otras nuevas. Lo que siempre es imprescindible es que la innovación debe ser transformadora.

Las definiciones de innovación están vinculadas al éxito. Un proceso innovador debe tener éxito en el sentido de aportar nuevas soluciones al mercado o a la sociedad. Otro aspecto sobre el que hay un total consenso es que el futuro de cualquier empresa, sector o país está estrechamente vinculado a su capacidad de innovar.

La Semana Mundial, que este año se celebra el próximo 25 de octubre en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), nos permitirá conocer de primera mano cómo están innovando las principales aseguradoras de nuestro mercado.