Decidirse a poner en alquiler una vivienda no es fácil. Al margen del beneficio económico que se deriva, también existen problemas y riesgos que pueden llevar a los propietarios a decidirse por no poner su inmueble en el mercado del alquiler.

El seguro de protección del alquiler proporciona una alternativa sólida y fiable para acabar con las dudas del arrendador. Se trata de una póliza pensada para proteger al propietario ante las dos principales barreras que se presentan: posibles destrozos en su propiedad e impago de la renta por parte del inquilino. Aunque la mayoría de los productos existentes en el mercado ofrecen más coberturas.

Pero no solo el propietario se beneficia de este seguro. El inquilino también resulta beneficiado. De entrada, porqué al eliminar obstáculos y ofrecer seguridad los arrendadores se logra que aumente la oferta de pisos de alquiler en el mercado. Eso supone más opciones para elegir y también un precio más competitivo. Por otra parte, al ofrecer una cobertura en caso de impago de varios meses, muchos propietarios reducen las exigencias de fianzas o garantías adicionales que debe aportar el inquilino en el momento de formalizar el contrato.

La pandemia y incertidumbre económica que le acompañó significaron un aumento de la contratación de este producto asegurador. Estas son las principales coberturas que ofrece esta póliza:

– Reclamación de impagos. Cubre las cuotas impagadas del alquiler hasta el límite que determine la póliza contratada.

– Asesoría jurídica. El propietario dispone de un asesor legal para cualquier circunstancia que pueda surgir.

– Protección contra vándalos. Cobertura ante posibles actos vandálicos en el inmueble alquilado.

– Valoración del inquilino. El seguro se encarga de estudiar la solvencia del potencial inquilino.

Si eres propietarios y tienes o quieres poner un inmueble en alquiler, consulta a tu mediador de seguros. Te asesorará sobre los seguros de protección de alquiler que hay en el mercado para encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades.