El ahorro de las familias se ha resentido este año, pero también aumenta la desconfianza sobre cómo evolucionarán las pensiones públicas

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Diciembre es un mes importante para el seguro de Vida-Ahorro. Los cambios en las deducciones fiscales significaron un golpe para la evolución de algunos productos. Sin embargo, en un contexto de incertidumbre y con mensajes un tanto confusos sobre el sistema público de pensiones, los productos aseguradores de ahorro buscan su oportunidad para captar clientes.

De entrada, un dato negativo, es que el ahorro de las familias se ha resentido en un contexto de inflación elevada y con el precio de la energía por las nubes. Esa circunstancia limita la capacidad económica de apostar por productos aseguradores destinados a la previsión a medio y largo plazo.

Sin embargo, los observadores destacan también otros aspectos que ofrecen un panorama más favorable a la contratación de estos productos o a la aportación de recursos. A lo largo del último año, los medios de comunicación se han hecho eco de la difícil situación del sistema de pensiones públicas y de como el Gobierno quiere introducir una serie de cambios en este modelo.

Son noticias, a menudo contradictorias, que afectan tanto a las cotizaciones como a la manera en la que se calculará la prestación a percibir tras el final del periodo laboral activo. La última noticia en este sentido es de esta misma semana y se refiere a la posibilidad de establecer un período de 30 años para calcular la pensión, cinco más de los que figuran en el modelo vigente.

Aunque siempre moviéndonos todavía en el terreno de las propuestas, José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha determinado que se eliminarían los dos peores años por lo que el cálculo final sería por 28 años, los más favorables a los intereses del cotizantes.

Con todo, el panorama es incierto y las noticias que afectan a la evolución del modelo permiten ver que el cambio es poco menos que inevitable. Sin ir más lejos, los medios informaron ayer de que en Asturias la cifra de personas que reciben una prestación supera ya al número de asalariados que cotizan al sistema.

En ese contexto, la necesidad por buscar modelos paralelos que puedan complementar y ofrecer garantías de mantener un nivel de vida tras la jubilación va calando en la mente de los ciudadanos.

La reciente reforma de los planes de pensiones, que ha recibido críticas desde el sector asegurador, no está teniendo los efectos previstos por el gobierno de favorecer los planes de pensiones colectivos frente a los individuales, pese al cambios fiscales destinados a favorecer un cambio de tendencia. Al margen de otras consideraciones, la situación económica no ha favorecido que las pymes se sumaran a este modelo con el entusiasmo esperado.

En este sentido, recientemente el diario económico ‘Expansión’ publicó una noticia sobre las dificultades de Vida Caixa para incrementar la captación de recursos a través de los seguros de Vida y Pensiones. Las cifras se mantienen hasta la fecha en el mismos nivel que el año pasado y los expertos apuntas a la dificultad para atraer el ahorro colectivo.

Desde las compañías, siguen apareciendo productos con rentabilidad garantizada que tratan de aportar seguridad en un entorno donde escasean las certezas. Es una de las consecuencias de la subida de los tipos de interés.

En paralelo a esta situación el pasado 31 de octubre, con motivo del Día Mundial del Ahorro, se dio a conocer una estadística que revela el bajo nivel de cultura financiera de la población española. Uno de los datos más llamativos incluía el reconocimiento explícito de los ciudadanos de que su calidad de vida mejoraría con una mejor educación financiera. El porcentaje de los que piensan a sí es del 94,5%.

Un dato que pone de manifiesto la extrema necesidad de asesoramiento profesional para poder ayudar a la inmensa mayoría de la población en la gestión de sus recursos económicos y en la planificación de su futuro. El papel de lo mediadores de seguros es y será determinante en este proceso imprescindible para el bienestar de la sociedad.

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