El uso cada vez mayor de la tecnología tiene algunas consecuencias negativas como el incremento continuado del número de ataques informáticos a empresas de todos los sectores. Según el estudio ‘Negocios conectados: la dependencia digital alimenta el riesgo’, realizado por QBE y Control Risks, los ataques de ransomware aumentaron un 74% en 2023 y provocaron pérdidas por encima de los 1.000 millones de dólares.

Los ataques contra empresas del sector industrial aumentaron un 50% y el número de compañías del sector salud que recibió ataques pasó de 214 en 2022 a 389 en 2023, lo que supone un incremento del 81,7%. El estudio explica que es necesario que las empresas aseguren no solo sus sistemas tecnológicos, sino también los de sus proveedores. Los ataques a sistemas de terceros en ocasiones son una puerta de entrada para los hackers que con un solo ataque pueden penetrar en varias empresas a la vez.

El uso masivo del Internet de las Cosas y el mayor uso de la nube han provocado un aumento del riesgo de sufrir ciberataques.