El comercio mundial de productos alimenticios perecederos asegura la creciente demanda de alimentos en todo el mundo, contribuyendo a la lucha contra el hambre y la malnutrición en todo el mundo. El volumen cada vez mayor del comercio de mercancías refrigeradas también va acompañado de un aumento del transporte marítimo de este grupo de cargas.

La mayoría de las cargas perecederas transportadas por mar son productos alimenticios, principalmente carne y aves de corral, pescado y mariscos, y plátanos. En 2021, la carne siguió siendo el principal producto perecedero transportado por mar, con una participación del 22%, seguido del plátano (15%) y el pescado (13%). Las frutas y verduras frescas también forman una parte importante de la carga transportada. Otro tipo de mercancías relevantes serían, por ejemplo, los productos farmacéuticos, la electrónica, los productos químicos, las flores, las bebidas y el chocolate.

Los productos alimenticios pertenecen a un grupo de mercancías que requieren condiciones de transporte controladas y son difíciles de transportar, precisamente por la necesidad de mantener los parámetros adecuados durante toda la cadena logística. Deben transportarse y almacenarse en condiciones definidas con precisión, como la temperatura, la humedad (necesidad de ventilación), la presión barométrica, así como la composición del y son muy sensibles a todas las desviaciones de ellos.

A veces, incluso pequeñas fluctuaciones de temperatura pueden reducir el valor comercial de los productos o hacerlos no aptos para el consumo. Los melocotones y las nectarinas, por ejemplo, deben transportarse a una temperatura de -0,5 a 0 °C. Las cargas refrigeradas suelen ser mercancías valiosas. Por ejemplo, un contenedor de langostas congeladas puede valer

alrededor de $350,000.

Un artículo de Josep Calvo Lafita, asesor del Col·legi.

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