Para evitar caer en el infraseguro es esencial contar con un buen asesoramiento profesional en el momento de la contratación
El infraseguro es más frecuente de lo deseable, ya que es un fenómeno que vulnera el principio básico del seguro que es aportar garantías y certidumbre. Es cierto que lo habitual es que no seamos conscientes de que estamos ‘mal asegurados’ hasta que sufrimos un siniestro y descubrimos que las coberturas de nuestra póliza o los capitales no son los adecuados. En resumen, la suma asegurada es inferior al valor real del bien asegurado.
¿Por qué se produce? El origen de este problema surge en el momento de la contratación, que es fundamental en el proceso de aseguramiento. La falta de asesoramiento profesional en esta fase conduce con mucha frecuencia a que el seguro que contratamos no se ajusta al valor real de los bienes que estamos asegurando.
La cara B del infraseguro es el sobreseguro y se produce también por una falta de asesoramiento en la fase de contratación. En este caso, el valor asegurado es superior al bien que estamos asegurando. Hay que tener en cuenta que el seguro tiene la misión de reponer el bien dañado, pero no la de proporcionar beneficios. Por la que, en caso de siniestro, se impondrá este criterio por encima de cualquier otro.
Se trata, por lo tanto, de dos ejemplos de un ‘mal aseguramiento’. En el caso del infraseguro, estaremos pagando una prima inferior a la que nos corresponde. En el sobreseguro, por el contrario, pagaremos una cantidad superior que no nos proporcionará una ventaja real si tenemos un siniestro.
¿Cómo podemos evitar estas situaciones? La manera más eficaz es contar con un mediador de seguros profesional, agente o corredor, en el momento de la contratación. Se asegurará de disponer de toda la información necesaria y de advertirte de los posibles problemas que pueden surgir y de los riesgos que no quedan cubiertos. Es fundamental que le proporcionemos una información veraz para que el análisis se ajuste a la realidad.
En la mayoría de los casos no existe mala fe en este tipo de situaciones. Simplemente, una carencia de conocimientos que solo pueden aportar profesionales especialistas en seguros. De este modo, nos aseguraremos de que pagamos lo justo por nuestro seguro y que estamos correctamente cubiertos ante un posible siniestro.