Puede ocurrir que llegue una etapa en nuestra vida en que sintamos falta de interés a la hora de realizar nuestras tareas. Puede que pensemos que son falta de objetivos pero, en verdad, ha sido definido como ‘languidecimiento’. El sociólogo Corey Keyes utilizó por primera vez el para describir la falta de autosatisfacción vital o “la ausencia de sentirse bien con tu vida”.

Una columna de ‘The New York Times’ ha puesto el ‘languidecer’ en el foco ya que se la define como una situación protagonista este 2021. Ese languidecimiento al que el psicólogo organizacional Adam Grant se trata de una sensación de estancamiento y vacío que se vive, literalmente, como si uno estuviera pasando los días sin rumbo.

La carga emocional de la pandemia, muy prolongada ya, nos ha llevado al agotamiento y a muchos al languidecimiento. Es una situación que no se puede definir como depresión sino más bien como ‘falta de bienestar’. Es un vacío entre el bienestar y la depresión que existe en salud mental pero que no se suele mencionar.

Cómo mejorar tu felicidad en el trabajo

Una vez identificada esa situación de languidecimiento vital –un hecho que nos puede ayudar para poder resolverlo- la clave es dar con el impulso para mejorar en la propia percepción del bienestar y, de hecho, en la felicidad laboral. Se trata de encontrar tareas que nos ayuden a ser proactivos y que nos aporten ese impulso que necesitamos.

1.- Encontrar el significado de nuestro trabajo a través del impacto que tiene en nuestro entorno. Por ejemplo: ¿Mi trabajo contribuye a resolver los problemas que se les presentan a nuestros clientes? ¿Cómo contribuyo yo para darles solución?

2.- Hacer nuestro trabajo más interesante para nosotros mismos. Sentir que aprendemos algo útil o ser capaces de escribir artículos o post para redes sociales creativos y divulgativos puede ayudar a dar con ese punto de motivación e impulso que necesitamos si es que nos sentimos acomodados en nuestro día a día.

3.- Mejorar y fortalecer las relaciones con nuestro entorno laboral. La idea es crear una conexión emocional con las personas que nos rodean. Una manera de conseguirlo es ayudar en la bienvenida y formación de los nuevos miembros del equipo o nuevas incorporaciones o establecer equipo con aquellos que dominan áreas en las que nos sentimos menos fuertes.