La capacidad de sobrevivir y emerger, si es posible, reforzados de los reveses económicos es una prioridad estratégica de una agencia
Ser capaces de afrontar situaciones de alta incertidumbre será una constante necesaria. Los analistas de los entornos económicos, financieros, empresariales… no se cansan de advertir que la presencia del cambio constante, de la disrupción o de los entornos de alta incertidumbre será una constante. No se trata de estar preparados para la próxima crisis sino de ser capaces de situarnos en un entorno permanente –o casi- de incertidumbre y ser capaces no solo de sobrevivir sino de prosperar.
Transformación y crecimiento
Una agencia tiene que situarse dentro de la fluidez constante del cambio o de la incertidumbre. Se recomienda trabajar en términos de transformación y crecimiento: ser una organización ‘antifrágil’. Es un término cuñado por Nassim Nicholas Taleb – ensayista, investigador y financiero libanés- autor de ‘Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden’.
El primer paso está en fortalecer al equipo a través del aprendizaje continuo y, en especial, del extraído a través de los errores o fracasos. Estar preparados para asumir riesgos hace que las organizaciones antifrágiles estén más preparadas cuando aparecen escenarios de crisis. Pueden afrontarlos con una dinámica propia y cierta naturalidad.
Se trata de crear una cultura de innovación, impulsada por el aprendizaje, por la formación continuada y explorando de forma constante nuevas formas de crear valor en torno a las oportunidades de mercado. Se trata de un cambio fundamental para aprender a crecer y prosperar en la incertidumbre.