Si no hay seguridad psicológica aparece el miedo y el instinto de conservación

Manifiesto ágil

El llamado ‘manifiesto ágil’ (agile en inglés) tiene doce puntos. Se creó en 2001 en el sector del desarrollo de software para modificar metodologías formales muy rígidas por su carácter normativo y con fuerte dependencia de detalladas planificaciones previas al desarrollo. Hoy se recuerda la importancia de los procesos establecidos como una guía para el trabajo.

Los llamados ‘sistemas ágiles’ valoran mucho a las personas y su interacción, su talento e innovación más que a los procesos y las herramientas. Hoy muchas empresas han implantado metodologías tipo ‘agile’ como Scrum pero lo cierto es que a la hora de utilizarlas es importante conocer pros y contras.

1.- Están indicadas para productos o servicios que son difíciles de detallar al principio del proyecto.

2.- Son apropiadas cuando la velocidad del cambio en el entorno de negocio. En especial en lo que afecta al cliente y para proporcionar el mayor valor posible al producto.

3.- Se construyen proyectos en torno a equipos motivados, que tienen la confianza y la oportunidad para desarrollar tareas.

4.- La principal herramienta de comunicación es la conversación cara a cara. Si falla el diálogo entre el equipo, si sus miembros no son capaces de dar y recibir, empujar y tirar, hablar y escuchar, preguntar y responder, actuar y reaccionar, analizar y resolver… será muy complicado obtener los resultados óptimos.

5.- Es una cultura. Si no hay seguridad psicológica aparece el miedo y el instinto de conservación. La supervivencia individual se impone y, tal como recoge Timothy R. Clark, CEO de LeaderFactor en ‘Harvard Business Review’, es más que probable que aparezca la resistencia a reconocer errores, a hacer preguntas o a explorar nuevas ideas.

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