La fortaleza y potencial de un proyecto empresarial tiene mucho que ver con su actitud innovadora

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Todos tuvimos la oportunidad el pasado martes en la Semana Mundial de aprender algo más sobre uno de los procesos determinantes para construir el futuro: la innovación. En este contenido te ofrecemos 5 ideas relevantes que circularon sobre el majestuoso escenario de Teatre Nacional de Catalunya (TNC).

1) Innovar es una necesidad
No existe otra alternativa para construir un futuro sólido que recurrir a la innovación. Mejora nuestro proyecto empresarial y lo mantiene vivo. La alternativa es el inmovilismo que acaba por condenar a un proyecto empresarial a la irrelevancia. Es necesario mantener una actitud innovadora que nos permita buscar siempre una manera mejor de hacer las cosas.

2) No hay innovación pequeña
No debemos despreciar los pequeños cambios porque pueden ser muy poderosos. La innovación debe ser un movimiento continuo, una manera de afrontar el día a día en la empresa. En ese contexto entenderemos mejor que todo suma, que cada paso para mejorar tiene un efecto multiplicador en la salud de nuestra empresa.

3) No todo es tecnología
La tecnología ha tenido siempre un papel relevante en la innovación. No puede ser de otro modo, ya que la esencia misma de la tecnología es proporcionar una manera más eficiente de hacer las cosas y abrir nuevas posibilidades. Sin embargo, no debemos dejarnos confundir y pensar que sin el vector tecnología no hay innovación.

4) No hay que tener miedo a equivocarse
No somos infalibles. La innovación tiene un componente de riesgo que debemos asumir sin miedo como un efecto del proceso de mejora. Por supuesto, el objetivo es tener éxito, pero la experiencia muestra que el fracaso forma parte de este proceso y también proporciona aprendizajes importantes. Cuando más atrevidos somos mayor es el riesgo de fracasar, pero hay que seguir.

5) Una cuestión de actitud
Las empresas que tienen éxito han convertido la innovación en una manera de ser, en una actitud que está presente en toda la plantilla. Porque la innovación implica a toda la cadena de valor. Se puede y se debe innovar en todos los ámbitos de la empresa. Hacerlo solo en producto, por ejemplo, es insuficiente. Medir, observar y escuchar son tres acciones básicas en el proceso de innovación.

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