¿Cómo ayuda el Big Data a la mediación de seguros?

El Big Data es un elemento clave y transformador en todos los ámbitos de la realidad desde la ciencia, pasando por el deporte y, por supuesto, los negocios. ¿Pero cómo puede ayudar a los mediadores de seguros en su actividad? Lo cierto es que sí y de una manera eficaz y con un claro impacto en las ventas

El Big Data está presente en las decisiones de las grandes empresas, pero también en otros ámbitos de la realidad alejados del mundo de los negocios. Los epidemiólogos, que están tan moda a causa de la pandemia, usan el cruce y análisis de datos para poder evaluar la evolución de una epidemia y definir las necesidades asistenciales. Pero hay muchos más ejemplos en los que el Big Data transforma nuestra realidad. El mundo del seguro es un claro exponente de esta tendencia.

Sin embargo, la creencia más extendida es que el Big Data es un potente recurso que solo está al alcance de las grandes corporaciones capaces de adquirir las herramientas más sofisticadas y manejar con soltura la minería de datos. No se puede negar que los recursos económicos ayudan a mejorar la captación y el análisis de los datos. Sin embargo, eso no excluye que desde posiciones más discretas se aproveche las ventajas competitivas que proporciona el análisis Big Data.

Desde esa perspectiva, los mediadores de seguros no pueden permitirse el lujo de renunciar a captar y analizar datos de sus clientes con una clara orientación de negocio. Es decir, con el propósito de vender más y, lo que no es menos relevante, vender mejor.

¿Para que le sirve a una empresa de mediación el Big Data? Las utilidades son varias, pero todas tienen un denominador común de gran valor: conocer mejor a nuestro cliente. A partir de esta idea, todo cobra sentido en la gestión y análisis de datos. Disponer de un perfil definido sobre qué le interesa a nuestro cliente, cómo responde a nuestras comunicaciones, además de otros aspectos relacionados con los seguros que tiene contratados u otros por los que se ha interesado, entre otros datos, están al alcance de cualquier pyme de mediación de seguros.

Gracias a esta información podremos establecer una estrategia más eficaz y empática en la relación con el cliente. Algo que nos hará más eficientes en las acciones comerciales, al tiempo que mejoraremos la experiencia del cliente en la relación con su mediador. Precisamente, el conocimiento del cliente siempre ha sido un valor diferencial para agentes y corredores. Podemos conocer mucho a unos pocos clientes a través de la relación personal, pero es imposible conocer bien a muchos clientes si no recurrimos al Big Data.

¿Cómo podemos obtener los datos? De muchas maneras. De entrada, hay una serie de datos básicos sobre el perfil del cliente que son de fácil acceso y cruzados con otros datos y con los datos de otros clientes nos permitirán establecer patrones y detectar oportunidades comerciales.

Otra fuente importante de datos procede de las interacciones que seamos capaces de generar con cada cliente. Disponer de una app o de cualquier otro sistema de acceso que requiera de identificación, nos ofrece la posibilidad de saber que le interesa a cada cliente y cómo reacciona a nuestras comunicaciones. Para ello, debemos ofrecerle contenidos o información que nos permitan extraer conclusiones con una aplicación práctica para el negocio. Las redacciones en redes sociales también son otra vía muy interesante.

Por supuesto, todos estos datos deben capturarse de manera automatizada. Del mismo modo, hemos de ser capaces de ‘analizarlos’ a partir de introducir unos parámetros con una intencionalidad. Afortunadamente, hay multitud de softwares que ofrecen estas funcionalidades.

No todos los datos de los que podemos disponer son personalizados. Algunos son datos generales, que nos muestran reacciones anónimas a un estímulo como, por ejemplo, una oferta comercial o a un contenido cuya interacción no nos permite identificar quien responde, pero sí qué responde

Por último, hay datos que pueden proceder del exterior. Es decir, que no proceden de nuestros clientes presentes o pasados. Imaginemos, por ejemplo, que estamos interesados en saber que mercado potencial tenemos en nuestra área de influencia para comercializar productos vinculados a las personas mayores de 55 años o de más de 70 años. El primer paso sería saber cuál es nuestro universo potencial. Esa información está disponible en bases de datos públicas de fácil acceso y que nos permitirán conocer más cosas sobre una tipología de potencial cliente. En definitiva, nos proporcionará datos que nos ayudarán a tomar decisiones y a tener más éxito