Los pediatras, al igual que los otros doctores en medicina, tienen la necesidad y la obligatoriedad de cubrirse ante los riesgos principales a los que se enfrentan.

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Los seguros para pediatras son una parte crucial de la práctica médica, ya que protegen tanto al profesional como a sus pacientes en caso de cualquier eventualidad. El seguro ha de cubrir necesariamente los daños derivados de una hipotética mala praxis.

  • Seguro de responsabilidad profesional. Este seguro cubre a los pediatras en caso de que sean demandados por negligencia médica o errores profesionales que deriven en lesiones a los pacientes. Es esencial para proteger los activos y la reputación del pediatra en caso de una demanda por mala praxis.
  • Seguro de responsabilidad civil general. Ofrece cobertura en situaciones en las que un paciente o visitante pueda resultar lesionado en la propiedad del pediatra, como en la clínica o el hospital.
  • Seguro de salud para el negocio. Este tipo de seguro ayuda a cubrir los costes médicos y de hospitalización del personal del consultorio, incluido el pediatra y sus empleados.
  • Seguro de incapacidad a corto y largo plazo. Protege al pediatra en caso de que no pueda trabajar debido a una enfermedad o lesión.
  • Seguro de vida. Proporciona una cantidad de dinero asegurada a los beneficiarios designados en caso de fallecimiento del pediatra.
  • Seguro de propiedad comercial. Cubre daños o pérdidas materiales en la propiedad del consultorio médico, incluyendo equipos médicos y mobiliario.
  • Seguro de accidentes. Proporciona cobertura en caso de accidentes personales, tanto dentro como fuera del consultorio.

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