El avance de los programas de vacunación plantea una nueva fase de desescalada que apunta a que habrá más presencia de los trabajadores en las oficinas, aunque el teletrabajo continuará siendo una opción con fuerte implantación

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Si bien no son vinculantes o de cumplimiento obligatorio la agencia europea de seguridad y salud en el trabajo (EU-OSHA) ha hecho una serie de recomendaciones para la vuelta al trabajo en todos los sectores productivos. El teletrabajo continúa siendo una opción que será muy importante en muchas compañías; de hecho, se especula con fórmulas que combinen trabajo presencial y remoto pero, igualmente, hay que prestar atención a una serie de recomendaciones.

Hay que elaborar un plan de contingencia que es conveniente que esté validado por el servicio de prevención. Se trata de adaptar la distribución del lugar de trabajo y la organización del mismo para reducir la transmisión de la COVID-19 antes de retomar plenamente la actividad.

 

Evaluación de riesgos y medidas

  • Las empresas tienen que realizar la identificación y la evaluación de riesgos en los entornos de trabajo físicos y físicosociales para gestionar la salud y seguridad en el trabajo bajo las medidas contra la COVID-19. Esta es una obligación que deben conocer los líderes o directivos y que ejecutan los técnicos o profesionales de prevención. Es importante tener en consideración todos los riesgos, incluidos los relacionados con la salud mental. Valore la posibilidad de ofrecer apoyo a los trabajadores que puedan tener ansiedad o estrés por motivos diversos. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma, normalmente de ansiedad o depresión, desde el inicio de la pandemia.
  • Es clave contar con la participación y la implicación de los trabajadores en las medidas que afectan a su propio bienestar en el entorno de trabajo.
  • Minimizar la exposición a la COVID-19 en el trabajo requiere, tras la evaluación de riesgos, aplicar la jerarquía de controles necesarios para el cumplimiento de las medidas a tener en cuenta -distancia de seguridad de dos metros, uso de mascarilla, adecuada ventilación de los entornos, uso de gel hidroalcóholico, mamparas de aislamiento, etcétera-.
  • Se recomienda que solo los trabajadores esenciales acudan a su puesto de trabajo presencial y que se minimice la presencia de terceros en la oficina. Además, se ha de reducir al máximo posible cualquier contacto físico o proximidad -por ejemplo, en reuniones o durante los descansos-. Lo indicado es dejar un espacio adicional entre los trabajadores, por ejemplo, dejando libres dos escritorios libres a cada lado.
  • Lo recomendado es que las reuniones o contactos cercanos sean, en total, de menos de 15 minutos de duración si no se puede mantener la distancia de seguridad. Si tienen que alargarse más tiempo es fundamental que haya una buena ventilación.
  • Los trabajadores vulnerables -personas de más edad-, con enfermedades crónicas -como problemas cardíacos, pulmonares, diabetes o hipertensión arterial- o embarazadas, al igual que quienes convivan con personas de alto riesgo, es mejor que mantengan el teletrabajo hasta que la situación pandémica se haya resuelto según los especialistas de medicina del trabajo.
  • Limitar la interacción física con y entre clientes.
  • Las entregas de paquetería o pedidos se deben limitar y hacer sin contacto.
  • Si hay un comedor o una cocina para la pausa de la comida hay que organizar un horario asegurándose de que haya un solo trabajador a la vez o que haya espacio suficiente para mantener la distancia de seguridad.
  • En los baños: solo podrá entrar una persona cada vez o dos si la capacidad del espacio permite mantener la distancia. Se recomienda, además de contar con elementos gráficos que recuerden la importancia del lavado de manos y facilitar material y producto desinfectante para que, tras cada uso, se pueda limpiar, incluso, por el propio usuario.
  • Asegurar la limpieza y desinfección diaria y regular de las instalaciones además de pedir a los trabajadores que dejen limpios y despejados sus espacios de trabajo al terminar la jornada.

 

Absentismo

Las autoridades de seguridad y salud en el trabajo advierten de la posibilidad de que haya una elevada incidencia de absentismo, por ejemplo por tener que atender a un familiar enfermo o por haberse contagiado o tener que permanecer en aislamiento tras un contacto. En este último caso se podría activar el sistema del teletrabajo pero si el trabajador no puede desempeñar sus funciones de forma temporal hay que velar porque la sobrecarga de trabajo al resto del equipo sea razonable.

Los trabajadores que continúan activos suelen ser flexibles pero también pueden acusar desgaste y estrés si la carga adicional de trabajo es muy fuerte y continuada en el tiempo.

Una solución puede ser buscar nuevas soluciones o procesos que simplifiquen las tareas -siempre que sea posible-, contar con personal de refuerzo o cambiar funciones y responsabilidades.

 

Personal en teletrabajo

Además de contar con equipos y recursos suficientes para que pueda realizar su desempeño diario el personal que permanezca en teletrabajo tiene que contar con una comunicación fluida en todos los niveles y que incluya desde información estratégica que dicte la dirección, y que sea importante para su trabajo, hasta las obligaciones de los supervisores directos. Además, no hay que olvidar la necesaria interacción social del equipo.

Los teletrabajadores, además, tienen que poder establecer límites saludables entre el trabajo y el ocio por lo que han de tener definidos unos horarios, aunque puedan ser flexibles, y también tienen que saber cuándo deben estar disponibles.

 

Trabajadores que han pasado la enfermedad

Pasado un año de pandemia muchas de las personas que han pasado la COVID-19 han padecido una forma leve y sin secuelas. Sin embargo, una parte de los afectados ha experimentado la enfermedad en su versión más virulenta con secuelas como dificultad para respirar por pérdida de capacidad pulmonar, problemas de memoria y concentración, menor capacidad de resolución de problemas, pérdida del olfato, debilidad muscular… Para ellos el servicio de salud en el trabajo deben facilitar recomendaciones sobre la forma y el calendario de incorporación al trabajo. Recibir una buena orientación en estos casos es muy importante.

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