La capacidad de compromiso con proyectos y personas, la gestión del tiempo o el sentido de la responsabilidad son cualidades tradicionalmente muy valoradas en los equipos de trabajo y, por supuesto, también tienen gran valor en la agencia. Sin embargo, hoy en los procesos de selección se buscan básicamente cuatro competencias personales que marcan, realmente, la diferencia:

1.- La comunicación interpersonal. La capacidad de tener buenas relaciones a nivel humano. Ser una persona abierta y receptiva.

2.- Ser capaces de tomar decisiones. Tener el talento de pensar de un modo claro, ágil y tomar decisiones que vayan más allá del corto o medio plazo es muy importante. Se trata de ir mucho más lejos de la ejecución inmediata de las tareas.

3.- Asumir responsabilidades. El foco está puesto en la capacidad de la persona de asumir compromisos y atenderlos según los requerimientos establecidos. Es hacerse cargo de lo que se asume y llevar las tareas de principio a fin.

4.- Realizar tareas bajo presión. La tensión, la presión, es una realidad y el ritmo laboral impone el reto de tener la habilidad de resolver las tareas con solvencia, rapidez y eficacia. Se busca agilidad y resolución.

Las competencias personales marcan, cada vez más, la diferencia y estas cuatro cualidades pueden ser, incluso, entrenadas. El desarrollo de todas ellas es un gran punto a favor de todas las personas y son muy necesarias también en la agencia. Cuanto más fuertes son los equipos más proyección de futuro tendrán y más contribuirán al éxito y la continuidad de la agencia desde todas las áreas y a todos los niveles.