Lograr una comprensión profunda del día a día de los equipos pasa por la toma en contacto de primera mano por parte de los directivos que deben liderar el cambio
El contacto con la realidad es lo que recomienda Rebecca Hinds, jefa de The Work Innovation Lab de Asana, en la última edición de ‘Harvard Business Review’. La especialista destaca que, con mucha frecuencia, los líderes presentan “envenenamiento por el poder” y quieren cambiar cosas para dejar su impronta. Entonces, el cambio organizacional tiene que apoyarse en un conocimiento sólido, del día a día, y éste sólo se consigue conociendo la realidad de servicios como: atención al cliente o ventas.
Recomienda que, antes de realizar una propuesta de cambio los líderes conozcan la perspectiva del día a día de la base de sus empresas y negocios trabajando durante un periodo lo suficientemente extenso como para toparse con diversas situaciones que permitan lograr una visión de conjunto. Sólo desde ese espacio podrán contar con “flexibilidad cognitiva” que es “la capacidad de pensar de manera creativa y adaptativa en respuesta a nuevas situaciones y esfuerzos de cambio”.
La dirección contraria: que un empleado de base experimente las funciones del líder durante, al menos, un día con presupuesto para mejorar algún aspecto relacionado con el día a día del equipo puede dar, también, alguna idea de mejora funcional.
Es desde aquí desde donde se puede proceder a desbloquear la transición al cambio fomentando una cultura de innovación y empoderamiento que conduzca a mejores resultados para los equipos y para la empresa.
La reinvención debe ser frecuente para evitar el estancamiento y la complacencia y en el centro de los cambios o intercambios de perspectiva está la idea de que siempre hay más de una forma de ver una situación.