Los escritorios compartidos son unas de las innovaciones de los últimos años en organización de los espacios de trabajo. Suponen un ahorro de espacio facilitando, además, el teletrabajo, el trabajo remoto y el trabajo híbrido. Sin embargo, es un modelo de oficina que precisa de algunos ajustes para lograr la satisfacción de todos.

El escritorio compartido o Hot Desking tiene sus factores a favor y otros totalmente en contra. Las investigaciones sobre cómo está encajando esta forma de organización de los espacios de trabajo, de las oficinas, están revelando que muchos empleados sienten rechazo. ¿Por qué? Porque no pueden sentir que cuentan con un lugar personalizado, porque valoran que han perdido su lugar y porque les cuesta socializar y colaborar con sus colegas.

Cuando se habla de escritorio compartido nos estamos refiriendo a una configuración de escritorio compartido en las que se programa el horario de los empleados a turnos –normalmente en días alternos, para ir a la oficina.

A favor

El objetivo de las oficinas con escritorio compartido es:

1.- Aumentar la eficiencia del espacio de oficina, facilitar que la empresa pueda mantener instalaciones más reducidas.

2.- Fomentar nuevas relaciones interpersonales ya que no se coincide, de forma habitual, con las mismas personas.

En contra

A la hora de valorar la efectividad de las oficinas con escritorios compartidos se enumeran como factores negativos:

1.- Pérdida de productividad.

2.- Incomodidad por no contar con un lugar que se pueda sentir familiar.

3.- Dificultad para coincidir en el mismo horario con quienes están en teletrabajo o en remoto.

4.- Menos orden y limpieza.