Las vacaciones disparan los robos en las viviendas que se quedan vacías. Es una constante que se repite año tras año. Aunque la suerte siempre juega un papel en este tipo de situaciones, lo cierto es que podemos seguir algunas medidas que sirven para protegernos de este tipo de asaltos.

De entrada, contratar un servicio de alarma es una medida disuasoria de indudable eficacia. Aunque, por supuesto, nada es infalible. Otro detalle importante es tratar de evitar que se acumule el correo en el buzón. Quizás algún vecino de confianza o un familiar puede encargarse de recogernos la correspondencia.

Un elemento fundamental es abstenernos de compartir fotos de nuestras vacaciones en las redes sociales mientras seguimos fuera de casa. Los ladrones utilizan esta información para asegurarse de que van a poder realizar su trabajo sin sorpresas ni sobresaltos.

Más allá de la previsión, es importante también que nos aseguremos de que nuestra póliza del hogar nos proporcionará la cobertura adecuada en caso de sufrir un robo. En este sentido, si tenemos cobertura para el contenido, debemos comprobar que los capitales en caso de robo se corresponden con los objetos de valor que tenemos en nuestra vivienda.

Si, por ejemplo, hemos realizado recientemente una compra de una obra de arte, de una joya o de un equipo electrónico de gran valor, debemos consultar con nuestro mediador de seguros para valorar si es conveniente ampliar el capital cubierto en caso de robo.

Por otra parte, es importante que al marchar de casa no nos olvidemos una ventana abierta o, con las prisas de última hora, no conectemos la alarma. El seguro contempla la existencia de este tipo de medidas de seguridad y si no están activadas podemos tener problemas para cobrar la indemnización si nos roban.

Consulta tus dudas con tu mediador de seguros antes de marcharte de vacaciones. Sabrá aconsejarte y valorar si necesitas algún cambio en las coberturas y los capitales de tu póliza.