La creatividad se puede entrenar, pero, sobre todo, se puede favorecer. Para pensar “fuera de la caja” hay una serie de recomendaciones, comportamientos o hábitos que nos pueden ayudar
Tener ideas creativas es clave. Nuevos productos, nuevos procesos… las ideas pueden surgir del modo más diverso, pero, sobre todo, a la hora de estudiar los comportamientos de personas creativas como Steve Jobs o hay una serie de aspectos recurrentes:
1.- Modificar el espacio. Alejarse de la rutina diaria es fundamental. Dar un paseo o varios, contemplar la puesta de sol, tomar una ducha… hay ocasiones en las que estamos con nosotros mismos y nuestros pensamientos y damos con la clave que estábamos buscando. Lo que sí es fundamental es contar con una grabadora para que quede registrada o papel y bolígrafo para apuntarla. Tan importante como tener la idea es que no se pierda y dejar constancia es fundamental.
2.- Favorecer una mente abierta. Para ello se recomienda proponer todo tipo de ideas sin importar lo tontas o inviables que puedan sonar. Es crucial plantear una diversidad de propuestas para las mentes abiertas y creativas.
3.- Reconceptualizar los problemas. Cuando se necesitan soluciones es muy positivo plantear el problema desde una óptica nueva, diferente. Ver algo desde una perspectiva que no nos hemos planteado nos sirve para visualizar puntos que hasta ahora no hemos contemplado y que pueden ser de gran ayuda.
4.- Soñar despiertos. Tradicionalmente se ha visto a las personas que sueñan despiertas de un modo más bien negativo… pero tienen una cualidad muy positiva para la creatividad y empieza por ser capaces de desconectarse de todo en cualquier momento. Prueba a apagar el ordenador, la televisión y el teléfono. Las distracciones que favorecen el trabajo, el entretenimiento o la tecnología que suelen ser lo mejor para desconectar. Un buen momento para buscar ese sueño en vigilia es antes de irnos a dormir.
5.- Establecer unos límites. Tener unos parámetros de partida puede ayudar a abrir la mente a nuevas ideas y a dar con respuestas a preguntas tipo: “¿Cómo puedo llegar a más clientes a través de las redes sociales?”.
6.- Estar preparados para lo peor. Pensar y plantear el peor escenario posible nos ayuda en realidad a estar preparados e, incluso, a valorar que no es tan malo en sí y lograr dar con alguna solución o planteamiento que no habíamos pensado antes.
7.- Eliminar la negatividad. Nuestro peor obstáculo para la creatividad normalmente somos nosotros mismos así que un paso fundamental es dejar de pensar que nosotros no podemos ser creativos porque es la mejor manera de limitar considerablemente las ideas que nos puedan surgir.
8.- Busca conexiones diferentes. Por ejemplo, una de las maneras más habituales es buscar un orden alternativo a las palabras de uso común como “mesa” que puede convertirse en “asme”. Se trata de que nuestro cerebro emplee la información que tiene de un modo distinto.
9.- Salir del área de confort. Esto se consigue saliendo de la rutina diaria o de lo conocido y donde nos sentimos cómodos.
10.- Estudiar otro sector. Ayuda a ver la manera en la que operan otros profesionales y puede servir de campo de ideas para incorporar a nuestro trabajo.
11.- Aprender cosas nuevas. Cuanto más amplios sean nuestros horizontes más conexiones realizarán nuestras neuronas. Estudiar un idioma nuevo, aprender a dibujar, dar clases de cocina… los lugares para aprender pueden ser muy diversos. Se trata de buscar algo que nos motive ¡y ponernos a ello!
12.- Escuchar de forma activa a los demás. Una forma de estimular el pensamiento creativo es permanecer callado y escuchar y prestar atención a lo que los demás dicen. Ayuda a ordenar los propios pensamientos y a plantear ideas basadas en la observación y la intuición.