Te explicamos tres criterios clásicos para gestionar correctamente el tiempo y ser más eficiente a la hora de ordenar nuestras prioridades

Gestionar el tiempo, diferenciar lo urgente de lo que no lo es tanto es una tarea tan complicada como necesaria para cualquier profesional. El día a día nos devora y nos exige tomar muchas decisiones. Todo parece urgente, pero no todo lo podemos atender al mismo tiempo. Hay que tomar decisiones y establecer prioridades.

En este contenido, vamos a mostrarte tres métodos, tres sistemas clásicos que nos proponen tres maneras de organizar nuestro tiempo.

La matriz Eisenhower

Dwight Eisenhower es una de las figuras más de la historia de los Estados Unidos. Militar de carrera, ejerció el mando supremo de las fuerzas norteamericanas durante la Segunda Guerra Mundial. Años después, ganó las elecciones presidenciales y ocupó la Casa Blanca entre 1953 y 1961. Un hombre de éxito del que sus colaboradores siempre destacaron su gran habilidad para la toma de decisiones y la correcta gestión del tiempo. La clave de su éxito es conocido como la Matriz Eisenhower.

Se basa en dividir las tareas en cuatro grupos que sirven para establecer una jerarquía.

1- Urgentes e importantes: Son las tareas que hemos de atender personalmente y sin demora.
2- Importantes, pero no urgentes: Podemos programarlas para atenderlas más adelante.
3- Urgentes, pero no importantes: Lo ideal es delegar estar tareas en otros miembros del equipo.
4- Ni importantes ni urgente: Probablemente son tareas que podemos descartar.

Es un sistema muy visual, como se puede ver en la fotografía. Por otra parte, existe una app denominada Método Eisenhower que nos permitirá organizar nuestras tareas en el móvil según el criterio de este célebre general.

El Método POSEC

Este método tiene un campo de acción más amplio, ya que pretende ayudarnos a establecer prioridades en nuestra vida y también en el trabajo de manera combinada. Se basa en la pirámide de jerarquía de necesidades de Abraham Maslow. Para organizar correctamente nuestro tiempo y ordenar nuestra vida nos propone:

Priorizar: Lo más importante va primero y de ello depende alcanzar tus objetivos vitales.

Organizar: Para conseguir cumplir nuestras metas es importante organizarnos. Nos aportará seguridad. Incluye todas las cosas que hemos de hacer con frecuencia para alcanzar el éxito.

Racionalizar: Este tercer bloque se refiere a las cosas que no nos gusta hacer pero que debemos hacerlas. Este bloque está relacionado con el trabajo que nos proporciona la estabilidad económica.

Economizar: En este cuarto nivel se sitúan las cosas que se deben hacer y disfrutar. Incluye ocio y entretenimiento. En el contexto laboral, hace referencia a tareas que nos gusta realizar pero que no son urgentes y debemos posponer.

Contribuir: En este nivel se sitúan todas las cosas que devolvemos al mundo, nuestra versión más solidaria. Nos exige centrar nuestra atención en las cosas que marcan la diferencia.

El Método Dominó

El principio de este método se inspira en las fichas del dominó. La física demuestra que una ficha de dominó puede derribar a otra de tamaño hasta un 50% superior. Utilizando esa imagen, el método Dominó se traduce en que los pequeños avances tienen un papel determinante para alcanzar grandes objetivos.

A efectos prácticos, se trata de atender aquellas cosas que una vez completadas harán que otras tareas pendientes queden sin sentido e incluso puedan ser eliminadas. Volviendo a la imagen de las fichas de dominó, se trata de seleccionar aquella ficha que sea capaz de tumbar la siguiente y así sucesivamente.

Si aplicamos este sistema de manera eficaz mejorará nuestra productividad. Hemos de identificar con claridad cual es nuestro propósito final y establecer prioridades.