Cataluña es la comunidad en la que han cerrado más oficinas bancarias desde 2008
Un estudio revela que Cataluña es la comunidad autónoma en la que han cerrado más oficinas bancarias desde la crisis de 2008. En todo el país, alrededor de un millón de ciudadanos no tiene una sucursal en su localidad de residencia. ¿Cómo puede aprovechar la mediación esta huida?
Más de 5.000 sucursales bancarias, concretamente 5.256 desde 2008. Esa es la cifra de oficinas de entidades bancarias que habían desaparecido de las calles de Cataluña a finales de 2020 y desde que la crisis de 2008 empezara a cambiar el modelo del negocio bancario, según un estudio elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la fundación Ramón Areces. Un 64,1% puntos de venta menos en poco más de dos décadas. Son datos que no tienen en cuenta las oficinas que desaparecerán este año y que ya han anunciado las entidades bancarias.
Si seguimos fijándonos en Cataluña, poco más de la mitad de los municipios, concretamente el 50,7%, no cuentan con ninguna oficina bancaria. La realidad, a día de hoy, es todavía más exagerada, ya que este dato es de 2019 y desde entonces han seguido desapareciendo sucursales.
En el conjunto de España se estima que alrededor de un millón de ciudadanos viven en una localidad sin sucursal bancaria. El estudio estima que deben recorrer que estos clientes deben recorrer una media de 6,5 kilómetros para poder llegar a un municipio con presencia bancaria en sus calles.
Por supuesto, en paralelo, las cifras de uso de la banca on line se han disparado. El sector estima que el 62,1% de las personas entre 16 y 70 años utilizan los medios digitales para interactuar con su banco. Por otra parte, el ahorro de costes es notable. En declaraciones a los medios de comunicación, el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, aseguró que una transacción digital cuesta de media una décima parte de que costaría si se realiza en una oficina.
La consecuencia es que importantes colectivos de población, por falta de conocimientos tecnológicos, normalmente relacionados con la edad, o por problemas de cobertura, tienen mucho más difícil trabajar con su banco. El estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la fundación Ramón Areces concluye que la responsabilidad de resolver estos casos de exclusión es de Administración Pública y no del sector bancario.
La caída de la presencia de la banca en las calles y su desaparición en muchos municipios del país parece ofrecer una oportunidad a la mediación de incrementar ventas. La presencia física, entre otros muchos lamentablemente mucho menos elegantes que conocemos perfectamente, fue un factor clave en el despegue y crecimiento de la banca seguros. Apostando por la proximidad, la mediación puede acceder con mayor facilidad a estos clientes y ofrecerles servicio y atención, además de una asesoría en seguros que la banca, en ningún caso, le proporciona.
Incluso sin tener presencia física en muchas de esas localidades, la naturaleza del seguro tampoco exige un contacto diario, una buena estrategia en los territorios y las zonas más afectado por esa ‘huida bancaria’ puede ofrecer oportunidades para aumentar las ventas. En cualquier caso, es necesario tomar la iniciativa para aprovechar la oportunidad.