Cambiar para avanzar, para continuar o para evolucionar es una necesidad en el entorno profesional

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Una de las realidades de cualquier empresa, y de la vida en general, es que el cambio es permanente. Cambiar para avanzar, para continuar o para evolucionar es una necesidad que se presenta y a la que hay que hacer caso porque si no el riesgo puede suponer el cierre. Hay varios ejemplos muy conocidos de exitosas compañías, incluso tecnológicas, que fueron punteras en su momento, no tan lejano, y hoy apenas nos vienen a la memoria aunque no hayan desaparecido. Pensemos en Nokia, por ejemplo, para confirmar que continúa en activo muchos tienen que hacer la consulta en internet.

El inmovilismo o no detectar la necesidad de cambio en el momento adecuado, aferrándonos a viejas formas de pensar o de hacer las cosas puede llevar a la frustración y la insatisfacción a los miembros de una organización. En la psicología de las organizaciones se contempla la resistencia al cambio como una situación que genera respuestas desadaptativas. Es importante conocer las causas que hay que trabajar para evitar la resistencia al cambio..

1.- Tener un enfoque cortoplacista suele implicar que hay más oposición al cambio.

2.- Ideal de control. Tener la idea de que todo está bajo control hoy se conoce, a nivel de gestión empresarial y de equipos, como una situación inmovilista. En verdad, el control es una ilusión.

3.- El exceso de incertidumbre puede llevar a pensar ‘mejor malo conocido’. Hay que recordar la incertidumbre, aunque sea difícil de gestionar, es una oportunidad.

4.- Reacción defensiva a lo inesperado. El cambio puede llegar de sopetón y la primera reacción es de prudencia; es normal, pero lo más acertado es procesar cuanto antes ese cambio y adaptarlo lo más rápido posible.

5.- Miedo a no poder con todo o no tener las habilidades o los recursos o los conocimientos precisos para afrontar ese nuevo escenario. Darse un periodo razonable de familiarización permitirá superar ese miedo.

6.- Temor a las consecuencias. En una organización siempre depende del líder comunicar y tranquilizar las inquietudes en este sentido, aunque tenga que ser un recordatorio frecuente.

7.- Modificación de equipos o grupos de trabajo. Una vez que estamos adaptados a unos compañeros las decisiones de cambios en los grupos de trabajo puede generar resistencias. Siempre es importante recordar que puede ser una buena oportunidad de demostrar valías profesionales y personales y afrontar retos estimulantes.

8.- Agotamiento personal y sentimiento de amenaza real. La situación vital de las personas que, por ejemplo, pueden estar en una etapa de extenuación tal que no puedan soportar el mínimo cambio o que este suponga un problema de amenaza real, como la pérdida del trabajo, son los grandes puntos de trabajo para quienes los sufren y para quienes comparten el desempeño labores con ellos. Es el momento de prestar atención, aportar recursos para que puedan trabajar sus temores desde la inteligencia emocional y recuperar sus fuerzas para enfocar el futuro.

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