Las compañías trabajan en nuevos productos que permitan responder a las necesidades creadas por el desarrollo tecnológico
La revolución de la Inteligencia Artificial (IA) ya ha llegado y se está convirtiendo en algo que nos toca de cerca en muchos momentos del día sin ni siquiera darnos cuenta. El proceso de transformación digital ha traído muchos beneficios con las nuevas tecnologías, pero también acarrea peligros . En el caso de la IA hay muchas dudas en campos como los de la ética, la credibilidad de la información o la propiedad intelectual y esto exige preparar nuevos productos aseguradores para las nuevas demandas.
La IA hace ya bastante tiempo que se usa con éxito en el sector asegurador. Por ejemplo, ha tenido una gran incidencia positiva en cuestiones como automatización de siniestros o la gestión de contratos y pólizas. Pero por otra parte, la IA generativa abre muchos interrogantes sobre el impacto y los riesgos que provocará en otras áreas nuevas como las de los coches conectados y autónomos. Las compañías estudian la situación para intentar adivinar por dónde va a ir el futuro.
Este análisis que están realizando ahora se centra especialmente, en el caso de la IA generativa, en temas como la ética, la credibilidad de la información o la propiedad intelectual que exigen sin duda la creación de nuevos seguros. Va a ser esencial hallar la manera de hacer que el uso de esta tecnología sea fiable y seguro. Los principales riesgos se identifican en tres ámbitos principales: el ético, el operativo y el regulatorio.
Respecto al ético, hay muchas dudas acerca de cómo controlar la situación totalmente. Será imposible lograr que el uso de la IA sea responsable en el 100% de los casos tres y este riesgo necesitará herramientas aseguradoras muy concretas. En el ámbito puramente operativo, la tecnología está funcionando con fiabilidad. Y en el terreno de la regulación hace falta que los gobiernos den un paso adelante y sean más rápidos a la hora de adaptar las leyes y las normas para poder establecer las correspodientes responsabilidades legales.
Actualmente no hay todavía una concienciación general sobre los riesgos de la IA, pero a medida que la implantación de la tecnología avanza se hace necesario combatir los riesgos asociados. El desarrollo tecnológico es el más rápido de la historia y ahora todos los implicados en el sector deben trabajar conjuntamente para construir un marco de acción sólido que proteja a las personas. En estos momentos son casi inexistentes los seguros que cubren potenciales errores de la IA, pero la demanda va a crecer exponencialmente en breve. Es evidente que será necesario tener coberturas adecuadas sobre todo para aquellos casos en los que la tecnología permita gestionar una tarea y tomar decisiones exclusivamente desde un algoritmo sin necesidad de que intervenga ninguna persona.