El aseguramiento de daños materiales y, concretamente, por incendio de las instalaciones, se ha vuelto realmente complicado.
No hace mucho, alguien de una compañía aseguradora me comentó una realidad muy cierta sobre el sector asegurador: Antes mandaban los comerciales en la suscripción de riesgos, fue cambiando y los propios suscriptores eran “los dueños” del negocio, ahora los ingenieros son los que realmente deciden el cómo y el cuánto.
Análisis situación
La actividad de alimentación en España es el sector más relevante dentro de la rama industrial, con casi un 25% respecto a todo el sistema manufacturero nacional, dispone de más de 30.000 empresas censadas y aporta un 2,4% del PIB nacional, promoviendo 535.000 empleos. Sin embargo, debido a diversas circunstancias como son: los importantes siniestros ocurridos en los últimos años en España y en toda Europa, el tipo de material utilizado como aislante, intensa actividad, instalación en cubierta de placas fotovoltaicas en ciertas plantas y, en determinados procesos el aporte de calor, todo ello conlleva que, en estos momentos, su aseguramiento de daños materiales, y concretamente por incendio de las instalaciones, se haya vuelto realmente complicado.
La realidad aseguradora nacional e internacional ante estos riesgos es una falta de capacidad clara, lo que comporta una selección de los riesgos asegurables por parte de las compañías. Esta situación hace que cualquier aseguradora que quisiera podría crecer gracias a esta oportunidad de mercado, con primas muy superiores a las de hace algunos años y con encaje por coaseguro, pero la realidad es que, debido al endurecimiento del mercado reasegurador , y con independencia del precio estipulado, hay riesgos que no consiguen asegurarse, o lo hacen en unas condiciones realmente preocupantes por la alta exposición que asume el asegurado, con franquicias muy elevadas y límites de indemnización reducidos.
Solución
En un mundo donde hay que competir e intentar llegar el primero, existen muchos gerentes de riesgo que han visto las orejas al lobo y están haciendo los deberes, planificando inversiones costosas en prevención y más concretamente en sistemas contra incendio, tanto en elementos pasivos, como de extinción, y adicionalmente aplicando una política interna de conocimiento y prevención del riesgo, estableciendo procedimientos y realizando formación interna continuada. Estas acciones son las necesarias, que pueden hacer que ciertas instalaciones sean susceptibles de un aseguramiento en condiciones adecuadas, con independencia que el precio será bastante superior al que se pagaba en otra época.
La detección automática, extinción adecuada, sectorización, formación y una gerencia de riesgos correcta van a hacer que las pocas aseguradoras que ofertan seguros para plantas con alto componente constructivo de panel sándwich combustible, miren estos riesgos de forma diferente y puedan ofrecer condiciones accesibles para los clientes.
Mediación
Además de la transparencia de las aseguradoras y de la involucración de los asegurados, el papel de los mediadores es determinante, ya que debemos acompañar a nuestros clientes en este proceso, informando adecuadamente de la situación del mercado, de la problemática de las instalaciones con aislantes inflamables, e instando a unas políticas de conocimiento y aplicación de medidas reductoras de forma pormenorizada. De esta forma entre todos los agentes y con voluntad, podremos conseguir que esta problemática se mitigue y el sector pueda dar cobertura para al aseguramiento de estos riesgos y la consiguiente continuidad de negocio, en caso de un siniestro importante.
Jose Maria de la Puente del Pozo
Director Técnico de CICOR y miembro de la Junta de Gobierno del Col·legi de Mediadors d’Assegurances de Barcelona