Los autónomos viven una situación especial que les obliga a ser muy cuidadosos a la hora de cubrir sus riesgos y a analizar con detalle todas sus necesidades.
Hay muchos tipos de autónomos en función de su actividad profesional y, por tanto, las coberturas necesarias son muy distintas en función de cada caso. Hay autónomos que teletrabajan y otros que precisan de una oficina o de un taller; algunos han de trabajar con un vehículo y otros no necesitan hacer desplazamientos, etc.
Hay algunos seguros que son obligatorios y que varían en función de su actividad. Para empezar, si el autónomo tiene trabajadores a su cargo está obligado a contratar un seguro cuyas particularidades vienen expresadas en el convenio colectivo del sector. Este seguro cubre los accidentes laborales que causen daños al trabajador, su posible incapacidad y la muerte.
Los que necesitan tener un local comercial están obligados a contratar un seguro de responsabilidad civil. Sin este seguro no hay licencia de apertura. La póliza cubre los daños civiles que pueda provocar el desarrollo del negocio. También es conveniente tener un seguro de autónomos multirriesgo para cubrir todo tipo de siniestros: robos, incendios, inundaciones… Muchos autónomos necesitan una furgoneta, un coche o una moto para ejercer su actividad y obligatoriamente deben tener una póliza para asegurar el vehículo.
Al margen de los seguros obligatorios, también es aconsejable contratar un seguro de jubilación, un seguro de baja laboral y un seguro de salud para paliar, en parte, los riesgos relacionados con la salud y el futuro.