El reciente ataque terrorista en Afganistán refuerza la necesidad de contratar algún producto asegurador antes de salir de viaje.
Recientemente un hecho luctuoso ha puesto de manifiesto la necesidad de viajar siempre bien asegurado. Un atentado en Afganistán contra un grupo de trece turistas extranjeros, seis de ellos españoles, ha acabado con un balance de tres turistas españoles muertos tras el tiroteo al que fueron sometidos por parte de un terrorista islámico.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español aceleró los trámites de repatriación de los supervivientes del atentado. Además de los tres fallecidos, hubo heridos graves. Todas las personas implicadas en el suceso habían contratado un seguro de viaje. El Gobierno, a través del Ministerio, aunque ofrece apoyo consular, no cubre los costes de repatriación de los cuerpos, que han sido asumidos por el seguro contratado por los turistas.
“Para los viajes más exigentes o para aquellos destinos con altos costes sanitarios, se debe contratar un seguro con un amplio paquete de coberturas con los límites más altos para viajar con todas las garantías”, explica Francesc Santasusana, presidente del Col·legi de Mediadors d’Assegurances de Barcelona.
En los últimos años, y como consecuencia de los efectos de la pandemia, ha aumentado la concienciación de lo necesario que es el seguro de viajes. La mitad de los españoles ya viajan con una póliza contratada. La compra de seguros de viaje se incrementó un 68% el verano pasado con respecto a las cifras de antes del Covid, según datos de IATI Seguros, compañía especializada en asegurar viajes. “Este aumento del interés por viajar asegurado constata que el mercado ha madurado y probablemente lo ha hecho más deprisa a consecuencia de la pandemia”, añade Santasusana.
Cuando hablamos de viajes siempre surge la duda de si tenemos que contratar un seguro. Y aunque pensemos que no va a producirse ni un solo incidente, lo cierto es que siempre existe la posibilidad de enfermarse, perder las maletas o la documentación, torcerse un tobillo o cualquier otra circunstancia peor como las que hemos vivido estos días. “Nadie espera tener que usar un seguro de viaje; pero si pasa, lo agradecerá ya que se ahorrará tiempo y dinero”, asegura Alfonso Calzado, CEO de IATI Seguros.
El Ministerio destaca la necesidad de contar con un seguro, entre otras cosas porque la ley les obliga a tener un seguro de responsabilidad civil y de asistencia en viajes, con repatriación en caso de enfermedad grave o muerte. Este producto debe cubrir hospitalización y repatriación, especialmente en destinos calificados como peligrosos, como es el caso de Afganistán. La web de la embajada española en Afganistán indica que cualquier viaje a este país ha de realizarse bajo la responsabilidad del viajero y todos los gastos, como los de “atención hospitalaria, repatriación de heridos o traslado de cadáveres”, son particulares.
Existen seguros contra el terrorismo diseñados para cubrir posibles pérdidas y responsabilidades causadas por algún atentado. Antes de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, los riesgos terroristas eran habitualmente cubiertos por compañías privadas a través de los seguros del hogar. Hasta ese momento Estados Unidos casi no tenía experiencia en actos terroristas El 11-S marcó un punto de inflexión y hubo bastantes cambios. Muchas de las aseguradoras empezaron a excluir de sus pólizas la cobertura contra terrorismo. Esto ha provocado que los gobiernos se hayan involucrado más en garantizar cierta cobertura ante esta clase de riesgos.
Para las compañías de seguros, el seguro contra terrorismo se considera un producto difícil de crear porque las probabilidades de que se produzcan ataques terroristas son muy difíciles de predecir. E igualmente los daños no son previsibles. Por ejemplo, los ataques del 11-S provocaron pérdidas por valor de 32.000 millones de dólares. Lo que es evidente es que nunca hay que viajar sin seguro.