Díscolos, rebeldes… se les puede etiquetar, pero los empleados -o colaboradores- que no siguen la estela de los demás suelen contribuir a la evolución y la continuidad si se les da la oportunidad
No significa que sean incapaces de acatar órdenes o que siempre tengan que ir contra lo establecido. Tampoco quiere decir que no respeten la autoridad. Los empleados rebeldes -con o sin causa- dentro de una organización pueden hacer mucho por ella si se les da la oportunidad. Eso sí, necesitan líderes que no se sientan amenazados por su energía y que sepan verla como un motor de mejora y no como un problema.
El psiquiatra estadounidense Albert Rothenberg quiso trazar un perfil del tipo de persona que genera ideas innovadoras. Entrevistó a 22 premios Nobel y descubrió que lo que más les impulsó fue la pasión emocional e irracional de querer crear algo nuevo en vez de ceñirse a los preceptos establecidos.
Cómo potenciar la creatividad del díscolo
Los líderes de una organización deben promover una cultura que desafíe al ‘status quo’ si están comprometidos con la creatividad asegurándose de que este perfil tiene su espacio dentro del equipo y la empresa, y tiempo y recursos para perseguir ideas innovadoras aunque puedan parecer locas, injustificadas o fuera de lugar.
¿Cómo saber si tenemos un perfil altamente creativo y con cierta rebeldía en la empresa?
1.- Están muy motivados o se motivan con facilidad si tienen un reto. Los objetivos de la empresa les resultan estimulantes.
2.- No les importa el esfuerzo.
3.- Llegan a sentirse mal -psicológicamente- si saben que hay soluciones que no se están poniendo en práctica y que son mejores que las que se aplican.
4.- No sienten miedo a expresar su opinión -pero pueden dejar de hacerlo si advierten que no sienta bien al equipo o a sus superiores-.
5.- Tienen una mentalidad positiva.
6.- Valoran el crecimiento personal.
7.- Tienen gran resistencia al fracaso y a la frustración.